Poco a poco, Orígenes va llegando, desde los orígenes, y como toda
creación tiene un proceso, un tiempo, un ritmo, y un lugar en este (nuestro)
mundo. Nuestro espacio de momento es virtual pero no por mucho tiempo, es lo
que tiene lo bueno y verdadero, que se hace esperar.
Este video es solo un pedacito de uno de nuestros trabajos dentro de las
clases rutinarias, pero sobre todo es el trabajo de las alumnas, de cada una de
ellas, donde desde la más pequeñita a la más mayor fueron ampliando su
conciencia corporal, su experiencia en cada danza, cada ritmo, aumentando sus
capacidades, superándose. A fuego lento, si, pero con resultado, y con
conocimiento. Todas y cada una de ellas han logrado no sólo bailar una danza,
sino entender otras formas culturales desde un punto de vista artístico, han
sabido apreciar y respetar, dar a valorar danzas originarias de la India y de Egipto,
encarnarlas y vivirlas, y por eso han conseguido transmitir y poner el bello de
punta a los espectadores, sus amigos, familiares, vecinos y conocidos.
Hemos llorado y sufrido a veces, pero también nos hemos reído y compartido experiencias y vivencias. Algunas superaron su ansiedad, otras se dieron más a valorar, algunas descubrieron sus capacidades y algunos músculos que no sabían que tenían, pero todas nos enriquecimos las unas con las otras, a veces a través de un debate o de un cuento y otras muchas veces a través de una danza. Aprendimos a trabajar en grupo, a respetarnos y respetar, a tener paciencia con la compañera que no conseguía realizar un movimiento, a mirar con orgullo a la compañera que avanzaba con sus movimientos, y también a ser justas y consecuentes con las compañeras que no pudieron subirse al escenario. En todo caso, aprendimos a convivir con nuestras diferencias, apoyados en la tolerancia y conseguimos acercarnos más a todo aquello que nos hace ser comunes, únicos, iguales, es decir, seres humanos.
